Cuando SEMVO nos contactó para ser padres adoptivos de Sasha realmente tuvimos miedo. La Directora de SEMVO nos animó a seguir con el proceso, asegurando que siempre contaríamos con su apoyo. La verdad aceptamos y no nos arrepentimos. Sasha es ahora nuestra hija. Después de 10 meses la queremos como a nuestros tres hijos, Max (20 años), Johan (17) y José Manuel (12).
Mi esposo la llegó a verla como a la hija que nunca tuvo y como tanto a Sasha como a Manuel (mi esposo) les gusta el futbol, hasta llegaron a jugar juntos ese deporte. Sasha compartió con Johan el colegio, hicieron tareas juntos, estudiaron juntos para los exámenes y salían juntos al cine. Se llevaron realmente muy bien y se ayudaron uno al otro en todo los oficios de la casa y el colegio.
Al principio el colegio fue difícil para Sasha pues no dominaba el idioma. De julio a agosto, todos en casa le ayudamos con las tareas y yo personalmente iba al colegio a hablar con los Profesores para que le reforzaran el español y le dieran adecuación para que fuera integrándose al sistema. Los Profesores siempre me ayudaron, pero creo que insistí tanto, que no les quedó otro camino. Lo que si me hicieron saber es que me felicitaban por mi interés en que Sasha aprendiera rápido. Claro aprendió tan rápido el idioma con nuestra ayuda y las clases de español que Semvo le dio como apoyo, que a partir del Segundo Trimestre Sasha hizo casi todo solita.
Con José Manuel, Sasha se sentía muy cómoda, porque creo que veía en él a su hermano Jonas, que dejó en Alemania y quien también tiene 12 años.
Realmente si hubo momentos en que las diferencias culturales eran claras, como por ejemplo, que Sasha está acostumbrada en su país a salir sola durante la noche (Sasha tiene 16 años) pero en nuestra familia eso no es permitido. Se le explicó que las leyes para menores de edad en Costa Rica son diferentes a su país y que además las familias ticas somos más protectoras. Poco a poco lo fue entendiendo y nunca salió de casa sin ningún permiso.
SEMVO siempre nos apoyó en todo momento en que hubo diferencias y siempre trabajamos juntos para el bien de la familia y con el fin de que Sasha estuviera segura y disfrutara de una experiencia a la tica¡ SEMVO le mostró muchos lugares, los cuales nosotros por tiempo y dinero no podíamos y nosotros nos encargamos de darle mucho cariño y enseñarle todo lo típico de la zona de Barva. La llevamos a turnos, a las mascaradas y a cuanta celebración del pueblo había. También fuimos juntos a ver un partido de fútbol en vivo, visitamos el Festival de la Luz y nos ayudó a hacer el pasito navideño. Ahora Sasha es Saprisista como nosotros.
SEMVO continuamente supervisó como estaba la relación estudiante familia e intervino oportunamente para evitar conflictos y que la integración de Sasha a la familia fuera exitosa.
Sasha aprendió a hacer arepas, gallo pinto, picadillo y tamales entre otras cosas. Siempre estuvo dispuesta a aprender y nuestra familia siempre abierta a enseñarle español (nadie en la casa habla inglés, por dicha) y a mostrarle orgullosamente nuestras costumbres. Nosotros aprendimos con ella algunos platillos de Alemania y postres. Gozamos mucho cuando los preparábamos y ha sido muy interesante las diferencias culinarias de cada país.
Ayer despedimos a Sasha junto con SEMVO en el Aeropuerto y podemos decir que trabajamos en equipo para dar una buena imagen de Costa Rica en el mundo. Gracias SEMVO por habernos dado esta grandiosa oportunidad !Sasha es ahora nuestra hija y para siempre¡ En dos años ella vendrá a visitarnos y puede que mi hijo vaya también a visitarla el próximo año. Sentimos que abrimos una puerta al mundo con la estadía de Sasha en nuestra familia. Ha sido realmente un intercambio cultural.